sábado, 16 de enero de 2010

A vosotros





Para Vanesa y Saúl, ellos saben por qué

Oh amigo, mi siempre gran amigo,
Qué lejos te veo
Desde aquí, lejos.
Eres una muesca grabada a hierro en mi corazón cuando me pierdo.
Una leve inclinación de tu barbilla hacia mi espalda.
Tan sólo esa mirada cínica sobre mis palabras.
No busquéis, amigo, más motivos.





1 comentario:

  1. No sólo versos. Además, Hungry Heart. No hay palabras... salvo GRACIAS.

    ResponderEliminar