sábado, 9 de febrero de 2013

Adiós



Adiós,
dulce pájaro de juventud.
Demos la bienvenida a los frutos maduros
que aquél no dejará de picotear.
Disfrutemos de la nueva manzana
a sabiendas de que algún día
terminará por pudrirse.

***

Con este cuerpo frágil
y esta mente de botarate,
estas cortas miras
y rifle de palabras,
la boca ávida de arte,
el espíritu medrando
y el hambre creciendo,
quisiera llegar tan lejos
como el corazón me aguante.

***

Siento que mi alma es una vieja.
Siento que he vivido demasiado
que ya nada siento por lo pasado
y hasta la pena de mi se aleja.

Será el efecto de una leve pereza
en que el aburrimiento se ha tornado
o es que a no sentir me he acostumbrado
ni alegría ni tristeza.

Quizá sólo es la vida que me lleva
a parar a una playa introvertida
de olas de desaliento.

Quizá es la experiencia queda
que de olores, idas y venidas
me ha encerrado
en este cuarto ceniciento.