Para mis compañeros de Amnistía Internacional
Nos lanzamos al viaje misterioso
como a un vertiginoso lance
y en medio apenas podemos
un leve gemido dar.
Es un trance
que al vértigo le damos
y si hay tregua es por dormir soñando
que el estertor por fin acabe.
Y a cada paso sabemos
que ha de llegar el instante
en que todo, por fin,
pase.
Vamos a pasar por ella
sin que se note
y si acaso dejamos huella
por ripio será el siguiente:
Oh vida que me arrastraste
me das al punto descanso
y si no ha de ser eterna
(pues el infierno era esto)
que no sea con banales trajes.
Un clamor de arrastrar cadenas
en el medio de aquesta vía,
no es más, no te engañes.
A veces deseo que un lastre
me lleve a la otra parte
que no vea yo que en tanto
más muerte, más hambre.
Y si tuviera que verla
que no sea en silencio.
Se los llevan presos,
no saben por cuánto tiempo
como si la vida no fuera
incertidumbre bastante.